CFP 325-13: El metacurso de la formación en línea para cursar en línea

He retrasado la publicación de entradas en este espacio de Virgu-l porque este último mes he estado inmersa en una formación continua que exigía, por defecto y como parte de la evaluación, utilizar la plataforma Blogger.

Puedes seguir mi dossier personal de aprendizaje y reconstruir el camino que he realizado, a partir de las evidencias allí publicadas, aplicándolas a tus necesidades e intereses formativos.

El curso Formación de tutores de cursos en línea, organizado por el Instituto Cervantes y dirigido a profesores de la escala C, tiene como objetivo dotarles de las competencias adecuadas para poder realizar de manera efectiva las labores de tutoría, seguimiento y evaluación en entornos de enseñanza-aprendizaje en línea.

Si bien, en mi caso, lo he cursado con miras a poder formar a otros profesores, es cierto que las técnicas trabajadas sirven igualmente para la docencia de ELE.

El curso tenía un eminente enfoque práctico, aunque como es lógico dado el canal de formación, se han sentado unas sólidas bases teóricas a partir de las que profundizar, mediante la reflexión, el análisis y la resolución de casos prácticos, en las especificidades que impone una enseñanza-aprendizaje mediada por ordenador.

A primera vista, y debido a que el punto de partida tanto de la enseñanza presencial como de la online descansa sobre unos principios comunes de corte socio-constructivista y centrados en el alumno, las diferencias no son sustanciales. Sí lo es, en cambio, la manera de intervenir, mediar, facilitar y guiar en la co-construcción de conocimiento por parte del profesor y, en consecuencia, de (auto-)gestionarse los discentes en un proceso graduado que contribuya a su autonomización.

Es por ello que el curso gira en torno a tres competencias fundamentales del tutor en línea, a saber, el tutor como planificador, como dinamizador y como evaluador. Tres áreas de actuación fundamentales en las que la intervención docente y tutorial tiene un cariz diferente —y mayoritariamente diferido— respecto de lo presencial.

A nadie se le pasará por alto que en este contexto, donde no tenemos acceso a una interacción cara a cara, una de las preocupaciones del tutor, si no la mayor, consiste en cómo administrar la ayuda pedagógica ajustada en tiempo, espacio y contenido, tal y como nos advierte Barberà (2005:156). Una ayuda, entendida en su sentido más amplio, y capaz, por tanto, de atender simultáneamente a los procesos tanto de índole cognitiva como afectiva de nuestros formandos.

Pues bien, el curso, efectivamente, nos dota de estas herramientas y estrategias necesarias para poder emitir esta ayuda pedagógica eficazmente y gestionar con ello, un proceso de aprendizaje satisfactorio y exitoso para el tutorizado.

A esto contribuye un muy buen diseño del curso, variado en sus actividades y en las distintas dinámicas que combinan agrupamientos individuales, de pequeño y gran grupo.

Por último, como herramientas de trabajo, se cuenta con distintos espacios de aprendizaje: aquellos que proporciona la plataforma Moodle, con sus SCORMs, chats, foros y servicio de mensajería, y otro externo como es el blog.

En mi opinión, solo encuentro un pero en el diseño del curso que, a nivel procedimental y metodológico no me ha satisfecho totalmente: habernos encomendado la realización de un dossier personal. Si bien, como idea me parece un complemento perfecto para nuestra formación, considero que se debería haber especificado mejor si el producto que teníamos que construir era un port-folio electrónico o un diario de aprendizaje, ya que ambos responden a convenciones estructurales y objetivos bien distintos. Asimismo, pienso que la herramienta elegida para ello —Blogger—, aunque de uso sencillo e intuitivo, resulta limitada para la magnitud del proyecto. Finalmente, el resultado es una mezcla de los dos instrumentos de (auto-)evaluación en una plataforma que, pese a sus restricciones funcionales, permite el registro —eso sí, bastante rudimentario—, de nuestra trayectoria por esta nueva andadura que es el online.

En definitiva, considero que la calidad del diseño del curso y de las actividades, así como la labor desempeñada por las tutoras y el nivel de los participantes han hecho de este curso una formación muy recomendable, si no imprescindible, para todo el que quiera aventurarse, en su sentido más estricto, en el apasionante mundo de la enseñanza en línea.